ATENCIÓN: Nuevos talleres

INSCRIPCIÓN A NUEVOS TALLERES EN:

http://elbardeltaller.blogspot.com.es/

HASTA EL 15 DE ABRIL
¡NO TE DEMORES!


-----------------------------------------------------------------

lunes, 24 de mayo de 2010

Fragmentos de "La escritura como búsqueda", de S. Kohan (final)

Los personajes son tus aliados

Los mejores personajes nacen de la intuición, del volcán interno que llevas dentro y de tus necesidades y limitaciones.
    En las novelas de Elena Poniatowska abundan los personajes inconformistas, rebeldes, un poco indómitos. "Estén desencantados consigo mismos como yo. Son un reflejo de la propia personalidad. Es que la literatura funciona como psicoanálisis. En ella vaciamos nuestro subconsciente. Es una catarsis muy benéfica. Uno hace los personajes que trae dentro", dice. A ella, la atracción por personajes "frustrados o apocalípticos" reconoce que le viene de "una parte por mi apellido de origen eslavo. Siempre andamos buscando rasputines; esperamos que las soluciones lleguen. Los mexicanos esperan ese guía. Padecen una enfermedad: la búsqueda del padre".

¿Cuántas veces te has imaginado la trama de una aventura a través de la cual tu personaje viviría una experiencia extraordinaria, insólita, digna de los mayores, más bellos y más nobles protagonistas de la historia de la literatura?
    ¿Cuántas veces te has puesto a escribir, exaltado a causa del instante de inspiración y dispuesto a "componer" y "revelar" al mundo tu descubrimiento?
    Sin embargo, esas mismas veces has sentido la frustración provocada por el vacío subsiguiente.
    ¿Qué pasó?
    La respuesta es sencilla: no supiste dar con la lengua adecuada para ese personaje.
    Debes trastocar la lengua común si quieres encontrar la lengua exclusiva de tu personaje. Has de huir de la lengua prefabricada y para todos los públicos que usas para comprar una tarjeta de metro.
    Tu búsqueda consistirá en crear una escena perteneciente sólo al universo sensorial y literario que construyes.
    Por lo tanto, tu personaje es tu aliado, pero tú también debes ser el suyo.

No tomes los personajes como entidades cerradas. Bucea en su interior para desvelar sus secretos, sus dolores y pasiones, sus frustraciones y sus dudas.

[...]

Contra el bloqueo

La parálisis, la convicción de que lo tuyo es inferior a lo de la mayoría o de que todo ya está escrito puede causar estragos en tu producción durante un día, una semana o un mes (por no hablar de un año entero), pero no es necesario que te resignes a ser víctima de ello. Es posible combatir y dominar "el bloqueo del escritor" a partir de prácticas concretas.

El ser creativo

No te vendrá mal conocer ante todo las condiciones más adecuadas para que se expandan tus ideas, no se interrumpan, broten naturalmente. A la vez, trata de reflexionar cuáles son las trabas que te pueden llegar a frustrar.
    Las personas creativas deben reunir las siguientes condiciones:

    . Fluyen como un manantial, siempre se les ocurre una posible imagen, un juego
      de palabras, el inicio de un guión, aunque sea provisorio.

    . Lanzan ideas sin juzgarlas.

    . No se reprimen al pensar qué dirá la gente.

    . Ven los problemas desde múltiples ángulos.

    . Tienen un íntimo deseo de ser diferentes, de encontrar su manera exclusiva de
      decir las cosas.

    . No les fatiga reelaborar un texto.

    . Saben analizar los problemas y mejorar los existentes sin desmoralizarse ante
      ellos.

    . Se centran más en el proceso: "las múltiples posibilidades", que en el producto:
      "el cuento perfecto".

    . Saben percibir el momento justo en el que el producto creativo está terminado
      "para ser expuesto" a los ojos del lector.

    . Saben dirigirlo a los lectores adecuados.

Mecanismos para combatir el bloqueo

En realidad, la fórmula idónea, como ya sabes, es escribir a pesar de todo, en contra de, a favor de esto otro, etc.
    Además, todos los mecanismos siguientes te darán buenos resultados:

1. Anota tus sueños:

Algunas de las mejores escenas y líneas argumentales son aquellas que surgen en forma espontánea de los lugares más profundos de tu inconsciente. Si no deseas encender la luz por las noches para escribir de prisa unas líneas sobre los restos de un sueño que se desvanece, graba tus impresiones del momento en que te despiertas.
    Si no puedes recordar cada mínimo detalle de tu sueño, no te impacientes. Los recortes oníricos pueden aportar trozos y piezas únicas que después puedes entrelazar para sazonar argumentos y personajes.

2. Conéctate sensualmente con tu diario.

Un diario es un instrumento de autoconocimiento siempre que dejes a un lado el pudor. Facilita el desprendimiento interior, es un cómodo confesor a mano, un retrato que te complace o te amenaza, según el momento, pero siempre valioso desde el momento que se escribe para uno mismo, ¿para dejar rastros? Te permite ser juez y parte, contemplarte y contemplar, escrutar, explorar y registrar movimientos mínimos del ánimo; es un alter ego ―un ego scriptor, diría Paul Valéry―.
    Lleva un diario en el papel que más te guste y con el mejor detus rotuladores o con aquella pluma especial quetanto placer te produce. Un diario en el ordenador establece una distancia de los sentidos. Hazlo co regularidad diaria, semanal o mensual, lo menos restrictivo que puedas. Escribe sin trabas acerca de lo que sientes o experimentas. ¿Estás angustiado?¿Rabioso? ¿Eufórico? ¿Por qué? Descríbelo. No omitas nada ni te frenes si te extás extendiendo demasiado. Tal vez, y sin proponértelo, estés produciendo el primer capítulo de una novela para el cual el diario actúa como un precalentamiento.

3. Recorta noticias y anuncios periodísticos.

Puedes utilizar los recortes de artículos periodísticos como catalizadores de un relato o un poema.

4. Revisa el listín telefónico.

Cada semana, elige uno o dos nombres de la guía telefónica y delinea un personaje a partir de las impresiones que recibes al decir y pensar en el nombre que has elegido. ¿Cómo sería la apariencia de esa persona? ¿Qué rasgos de personalidad tendría? ¿Quiénes serían sus familiares, y cómo se llamarían? ¿Dónde habrá nacido una persona llamada Arturo, y en qué circunstancias?

5. Toma la base del relato de tu escritor preferido.

Sintetiza el cuento que acabas de leer en una idea mínima, pero resonante.
        En muchas páginas de los escritos de Dorothy Parker se ha inspirado Almodóvar para basar indirectamente sus argumentos. De hecho, en un relato llamado Un permiso maravilloso, se narra una situación muy similar al nudo de La flor de mi secreto: Una mujer esperando el día de permiso de su marido militar que se acaba acortando en unas escasísimas horas, y la llamada final de su mejor amiga preguntando por la llegada del marido... La infidelidad, la desesperación, el engaño, son los nudos que sostienen la trama.

[...]

Métodos internos

Cuentas con numerosos métodos que enriquecen la práctica de la escritura creativa. Los internos consisten en una búsqueda en uno mismo, en el mundo interno o en aquellas formas vinculadas a lo que te pasa y lo que no te pasa. Entre ellos, hurgar en uno mismo, conectar con tu interlocutor privado y aprovechar los nudos conflictivos.

Hurgar en uno mismo

Escribe todo, como si fueras un compendio o una cantera de alegrías, de tristezas, de conciertos y desconciertos, de pasiones y tormentos. ¿Lo harás como profesión o pasatiempo?

Olvídate del texto perfecto, la perfección viene después.

Experimenta qué sientes al configurar las palabras con las teclas del ordenador o con la pluma, el rotulador, el lápiz, entre los dedos; con la textura del papel.

No fuerces las palabras, déjalas salir y acomodarse en su propio espacio.

Anímate a manifestar la idea más descabellada o la prohibida.

Presta atención al silencio que raras veces es absoluto. Apaga el televisor, la radio, y concéntrate en tu entorno, en los objetos estáticos, en el paisaje mudo de un domingo de agosto en la ciudad, por ejemplo.

Ocúpate de tus sensaciones. Déjalas aparecer, situarse en la página, expandirse.

Escribe y escribe sin detenerte. Sigue el camino o el hijo que te apetezca.

Ahora léelo. Vuelve a escribir. Y así sucesivamente hasta que percibas el regocijo, la ilusión o el alivio. Puedes experimentar todo al mismo tiempo.

Léelo un tiempo después y descubrirás además algo que antes no habías visto. Ésta es la magia de la escritura, como profesión o como pasatiempo.

Conectar con tu interlocutor privado

Los soliloquios que mantienes constantemente te acompañan durante todo el día, los tomes en cuenta o no. Te cuentas lo que debes hacer en el día, lo que no tienes ganas de hacer, lo que te ilusiona y tienes miedo de decirte para que no se diluya, lo que opinas del otro mientras te dirige la palabra, las conjeturas, las dudas, las ventajas y desventajas de una decisión: monologas.
    En la autobiografía o el diario pueden quedar registrados directamente algunos de estos monólogos, fragmentos de un pensamiento, de una emoción, trozos de conversaciones banales o encuentros fortuitos, testimonio de la vida.
    Con el tiempo, puedes releer uno de estos escritos y tal vez no los reconozcas, como si los hubiese escrito otra persona. Y así es. Uno cambia a través del tiempo y la escritura es el testigo. Sin embargo, los registros habrán sido un aporte positivo.

¿Cómo efecturar el registro?

    . Como forma de enviar una carta al desconocido que eres.

    . En forma de desdoblamiento: establece un diálogo con los otros que tú eres.

¿Por qué el registro?

    . Para evitar olvidarte de ti mismo o de ti misma.

    . Para investigar tus impresiones. No contar los hechos porque específicamente
       fueron así, sino porque te llegan así.

    . Para trabajarte a ti mismo como materia prima, interrogarte y contestarte.

Pero también puedes emplear una simple libreta de notas o una carpeta de tu ordenador que se abra con una clave. Porque este interlocutor supone la sinceridad, la intimidad, la confianza y la entrega.
    Como decía Nietzsche: "Escribe con sangre y comprenderás que la sangre es también espíritu".

No tener compasión de sí mismo, como hace Fernando Pessoa o Bernardo Soares ―su heterónimo―, en el Libro del desasosiego, que muestra la contemplación interior: "Soy en parte la mism prosa que escribo. Me desarrollo en períodos y parágrafos, me pongo puntuaciones y, en la distribución desencadenada de las imágenes, me visto, como los niños, de rey con papel de periódico, en la manera como hago un ritmo de una serie de palabras, me adorno la cabeza, como los locos, con flores secas que continúan estando vivas en mis sueños".

Aprovechar los nudos conflictivos

Núcleos conflictivos como la carencia, falta total o parcial de una cosa, el ocultamiento (que incluye la ignorancia, la mentira, el misterio, la ambigüedad, la ausencia, el rechazo), pueden generar escritura.

    . La carencia

La carencia puede ser física, afectiva (como bien lo demuestran los poetas), económica (Dickens fue un maestro en el tema).

Ejemplo:
    En cierto sentido, estaba menos metido en la vida que su hermano Ernest, que vivía con ellos, pese a que éste era totalmente sordo y se expresaba tanto con onomaopeyas y con gestos como con el centenar de palabras de que disponía. Pero Ernest, que de pequeño no había podido trabajar, había frecuentado vagamente una escuela y aprendido a descifrar las letras.
                        ALBERT CAMUS, El primer hombre

    . El ocultamiento

No saber nos puede conducir a explorar lo que no sabemos a medida que avanzamos en su escritura, pero también al vasto territorio del ocultamiento. Ocultar es no decir lo que se debiera decir, callar la verdad, esconder, tapar, encubrir, etc. Cada acepción desencadena una catarata de argumentos.

1. La ignorancia.

Ignorar es no enterarse o no saber y puede ser el elemento que caracterice a un personaje o el núcleo de una historia.

Ejemplo:

    ―John, ¿quién es Joe Garland?
    El contable le miró, parpadeó, se aclaró la garganta y no dijo nada.
    ―Vamos ―le ordenó Percival Ford―. ¿Quién es?
    ―Me está tomando el pelo, señor ―consiguió articular el empleado.
    ―Te estoy hablando totalmente en serio.
    El contable se apartó un poco de él.
    ―¿No querrá hacerme creer que no lo sabe? ―preguntó. La pregunta era en sí misma su propia respuesta.
    ―Quiero saberlo.
    ―Bueno, él es... ―John se interrumpió y miró desesperanzado a su alrededor―. ¿No sería mejor que se lo preguntara a otro? Todos pensábamos que usted lo sabía. Siempre pensamos...
    ―Sí, sigue.
    ―Siempre pensamos que por eso usted se la tenía jurada.
    Por la cabeza de Percival Ford desfilaban en tropel las fotografías y miniaturas de su padre: sus fantasmas parecían moverse en círculos, rodeándole.

                        JACK LONDON, La casa del orgullo

2. La mentira: ocultar o negar la verdad.

Ejemplo:
    En el siguiente fragmento podemos señalar la mentira, en las palabras del padre; el ocultamiento en el silencio de Luciano; la mentira también en la unión de un grupo de personas, a quienes sólo une la bebida:

Luciano tomó asiento y por complacer a su padre se sirvió un pisco. Los empleados lo observaban con perplejidad. El prendedor de su corbata, pero sobre todo el rubí de su anular, parecían dejarlos cavilosos. No veían verdaderamente la relacion entre ese viejo seboso y charlatán y esa especie de mestizo con aires de dandy.
―El chico es ingeniero ―mintió el viejo. Ha estudiado en La Molina. Siempre sacó las mejores notas. Yo también, cuando estaba en la facultad... ¿te acuerdas, Luciano?
    Luciano permanecía silencioso y dejaba hablar a su padre. Al acudir a esa cita, su intención primera había sido acosarlo a preguntas, irlo acorralando hasta llegar a esa época de abandono en la cual todos los reproches eran posibles. Pero la presencia de los empleados y esa primera copa de pisco lo habían disuadido. Comenzaba a olvidarse de su ropa, de sus rencores, y a penetrarr en ese mundo ficticio que crean los hombres cuando se sientan alrededor de una botella abierta.

                JULIO RAMÓN RIBEYRO, Las botellas y los hombres

3. El misterio.

Se oculta algo que se revela al final, cuando se trata de un cuento. O se sugiere una segunda lectura que incita al lector.

Ejemplo:
    El asunto no era fácil. Las primeras pruebas, pruebas mecánicas como las llamaba yo, nos inclinaban a aceptarque la viuda se había quitado la vida por su propia mano, pero la evidencia de que ella estaba distraída leyendo un periódico cuando la sorprendió la muerte, transformaba en disparatada la prueba mecánica del suicidio. [...]
    Por más que nosotros revisáramos el departamento, no nos fue posible descubrir la caja, el sobre o el frasco que contuvo el tóxico. Aquel indicio resultaba extraordinariamente sugestivo.

                    ROBERTO ARLT, El crimen casi perfecto

    . La ambigüedad

La ambigüedad o aquello que puede entenderse de varios modos porque muestra un aspecto y oculta otros.

Ejemplo:

    No, no es cuento. Yo soy uno de esos tipos que a veces escucha y otras no escucha, y así va tirando. Aquel día escuché porque era una amiga la que hablaba y hace bien oír a los amigos, aunque no hablen, porque un amigo es capaz de hacerse entender hasta sin señales. Hasta sin ojos.
        CARLOS DRUMMOND DE ANDRADE, Flor, teléfono, muchacha

    . La ausencia

La ausencia corresponde a algo o alguien del que no se conoce un aspecto, como podría ser su pensamiento o su paradero.

Ejemplo:

    Lo que no está

    Cómo gasto papeles recordándote,
    cómo me haces hablar en el silencio.
    Cómo no te me quitas de las ganas,
    aunque nadie me vea nunca contigo.
    Y cómo pasa el tiempo, que de pronto son años,
    sin pasar tú por mí, detenida:
    Te doy una canción si abro una puerta
    y de la sombra sales tú.
    Te doy una canción de madrugada,
    cuando más quiero tu luz.
    Te doy una canción cuando apareces
    el misterio del amor.
    Y si no lo apareces no me importa,
    yo te doy una canción.

                            SILVIO RODRÍGUEZ


Recuerda la pérdida que más te afectó y transforma su ausencia en material literario.


    . El rechazo

El rechazo implica no aceptar algo o a alguien, un objeto o una presencia.

Ejemplo:
    No me gustan las manos blancas y húmedas, las pastelerías con luz de neón, los que usan bastón sin estar cojos, los granos de arroz dentro del salero, el helado servido en una copa de metal, los coches con alerones, los pantalones blancos transparentes, los gritos del megáfono en las tómbolas donde se rifan muñecos de peluche, los que soplan en la cuchara de la sopa, las cunetas llenas de papeles y botellas, las vitrinas polvorientas de los bares de carretera que exhiben productos típicos de la región, los tipos que te hablan muy cerca de la cara echándote un aliento fétido, los que salend el restaurante con un palillo en la boca y al pasar junto a tu mesa te dicen: que aproveche, el olor a margarina asada de las cafeterías, el gracioso que cuenta chistes los viernes en las cenas de matrimonios.
                        MANUEL VICENT, El País

0 comentarios: