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sábado, 20 de marzo de 2010

Escrituralia: Celsa: mi texto

Escrituralia: Celsa: mi texto

El relato funciona bien, a mis ojos, en ese juego de simetría-asimetría que planteás. Con todo, hay bisagras que rechinan. Por si querés aceitarlas, acá van mis sugerencias. Primero, eliminá urgentemente esas comillas de “aquel muerto de hambre”. No tienen razón de ser, ya que no marcan una cita textual como la del SMS. Y no la marcan por lo mismo que hace, probablemente, que chirríen un poco ciertas frases de por el medio y que Javi perciba un "chivato".
Fijate quién es el verdadero narrador de todo el micro, excepto la última frase. Aunque estén narradas en tercera persona ("...cuando él era un pobre jornalero y ella la engreída..."; "nunca pudo imaginar...") el punto de vista en los dos primeros párrafos es el del juez y luego el de la mujer, y eso, por la magia de comenzar con un soliloquio ("No me ha reconocido, piensa el juez"). Al establecer que un personaje está pensando "en palabras", las que sigan, al menos hasta un punto y aparte o hasta que se haya algún indicador de algo diferente, le serán siempre atribuidas al mismo personaje en soliloquio.
Por eso, en cada uno de los dos primeros párrafos el juez y la mujer deberían usar no sólo cada uno las palabras que usaría cada uno, su propio tono, su propio ritmo de habla, etc. sino transmitir la información que transmitiría cada uno pensando para sí. De otro modo, el lector puede sentir al personaje como a un muñeco de ventrílocuo, que es lo que percibo yo en dos sitios: "Ya han pasado quince años desde aquella vendimia, cuando él era un pobre jornalero y ella la engreída hija del patrón. Cuan fascinantes le parecían entonces sus enormes ojos verdes, redondos y agridulces como las uvas que recogió" y "nunca pudo imaginar que la llevaría a la cama de “aquel muerto de hambre”".

Fijate: la primera frase carga con miles de megas de información para el lector (que de jóvenes se conocían, que ella era rica, que él era pobre, que ella lo despreciaba, que ella era atractiva, que él se había enamoriscado de ella, que vuelven a verse 15 años después) pero se la presenta "envasada al vacío" dentro del cráneo del personaje. Entonces uno descree, porque le dan ganas de decirle a esa vocecita "¡Qué suerte que justo se te ocurrriera pensar en todo eso cuando pasabas frente a mis ojos! Mirá cuántas cosas me habría perdido de saber si no se daba esa casualidad..."
Bueno, la solución, creo yo, es fácil. Como debés mantener el soliloquio, ya que lo interesante del relato es que el lector asiste a la perspectiva de ambos y comprueba que los dos están equivocados, lo que resta es dejar pensar a los personajes lo que pensarían: de modo más fragmentario, un poco más desordenado y, sobre todo, dando otro tipo de info más liviana, más sutil. Por las palabras que escojan el lector se podrá dar cuenta de cómo son (entre paréntesis, no creo que sea necesaria para la historia una lucha de clases, que te complica porque es difícil resolver si él debe pensar (=hablar) como un juez o como un jornalero) y de su relación (por ejemplo, algún cambio estético mínimo que observa en la mujer le ahorrará la carga de transmitir que "ya han pasado quince años". Sugerencia para ello: no aludas a arrugas para señalar ese paso del tiempo; explorá otras señales posibles.

Un detalle de síntesis. La frase: "le envía el mensaje a su abogado con la frase: “misión cumplida”" puede ir así: "le envía el mensaje a su abogado: “Misión cumplida”.

Una última cosa: yo mandaría la vendimia a tomar por... la tecla SUPR, tal como hiciste con los globos. Siempre es mejor respetar al texto que a la consigna... ¡o uno acaba con ojos de hipetiroideo! :-)

Enhorabuena por tu relato.

1 comentarios:

Celsa dijo...

¡Mecachis, Gra, tienes razón en to!
Que bien lo explCÁS, jejej.

Ahora no sé qué hacer con el relato porque es tan pequeño y tendría que corregir tanto que al final sería otro relato.

Bueno, ya pensaré qué arreglo tiene. Lo importante es la lección para aplicar a futuras creaciones.

Graciasssss.