Sé que me salgo de plazo pero, como esta semana tenemos bajas, quería poner algunas líneas. He hecho una lectura apresurada y bastante superficial, pues no me ha dado tiempo a más.
El relato me gusta por lo bien que usa Benedetti el lenguaje, parece plastilina con la que moldea figuritas que uno va viendo. Eso está claro. Lo construye, frase a frase, anticipando el final, y hasta éste, no nos damos totalmente cuenta de ello. Quizá el final me haya decepcionado un poco, pero las imágenes que he ido viendo creo que lo compensan.
Los objetos parecen servirle a Benedetti para hablar de los personajes, para colocarles igual que coloca las tazas. Respecto a los personajes, no me resulta sencillo juzgarles, ni a ellos ni a nadie. Logra que les entendamos y, a veces, incluso que nos violenten un poco. Que buena mano tenía este Mario...
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