'Archisílabos' a tutiplén
Aurelio Arteta, El País, 05/02/2010
A los archisílabos les espera larga vida entre nosotros. Me lo temía al observar que no ha desaparecido del mercado lingüístico ni uno sólo de los varios cientos ya divulgados; o cuando se constata, al contrario, la fruición con que los hablantes los siguen creando o paladeando.
Funcionarios, periodistas, políticos, profesores universitarios y expertos de todo pelaje andan empeñados en inventar o escoger palabras largas que suplanten a otras de igual significado, aunque más breves. Pero la certeza del triunfo del archisílabo la tuve el día en que escuché una diferenciación en boca de un académico de la Lengua..., justo en el momento en que él mismo reprobaba la moda del archisílabo.
Si hasta aquí ha llegado la marea, a lo mejor es momento de entregar otra nueva remesa de estos términos hinchados y con los que buscamos hincharnos. Dado el caso citado, ¿empezaremos con los que se estiran gracias a coser el sufijo -ción a ese cuerpo tenido por raquítico? Pues en esa bolsa se meten en los últimos tiempos la tutorización en vez de la 'tutoría', la matización por el 'matiz', la exceptuación en lugar de la 'excepción', la habituación que es nada más que 'costumbre' o 'hábito', o la afectación cuando quiere decirse 'afección' o 'daño'. La mayoría prefiere hoy la suposición al 'supuesto', la titulación al 'título', la finalización al 'final' y la ejercitación al 'ejercicio'. Es verdad que, de momento, sólo los más pedantes emplean la secuenciación por la 'secuencia', la postulación por el 'postulado', o la transversalización por vaya usted a saber..., pero la dolencia es contagiosa y todo llegará. El policía ya no le pregunta a uno por su 'domicilio', sino por su domiciliación, igual que el funcionario no nos pide el 'certificado', sino la certificación.
Bien es verdad que a muchos archisílabos les ayuda la ignorancia de las lenguas clásicas por parte de quienes los acuñan o seleccionan. Y por ahí se nos cuelan la asertación para decir 'aserción' o 'aserto', así como coaligación para referirse a una 'coalición' o la amenaza de excomulgación, no de 'excomunión', que lanzaron el otro día contra nuestro presidente del Congreso. Nos enteramos de que el pesquero español sufrió una interceptación de los piratas, porque casi ningún informador sabe construir 'intercepción'. Los señores de la industria, que antes obtenían 'financiación' y ahora hablan de financiarización (¿), nos obsequian un día con la flexibilización de sus plantillas y al otro con una desaceleración de sus ventas. Mientras ellos exigen la desregula(riza)ción, los sindicatos claman contra la fragilización del empleo. Lo de la modelización, francamente, aún no lo he pillado. En cambio, es notorio que la 'síntesis' ya va para sintetización, la 'mediación' asciende a intermediación, el 'ocultamiento' muda en invisibilización y hay partidos políticos que acusan a otros de parcialización (quiero suponer que de 'sectarismo'). ¿Entienden entonces por qué el creador del Padre Brown bramaba contra "el polisílabo, ese enorme y viscoso ciempiés..."?
Salta a la vista que otra familia de estos crecidos vocablos florece a una con el gusto por la abstracción que por aquí arrasa, pese al índice de fracaso escolar. En cuanto nos dejan, abandonamos la 'esencia' para ir directos a la esencialidad, la 'sustancia' para atender más bien a la sustantividad, la 'circunstancia' para refugiarnos en la circunstancialidad y hasta la 'diferencia' palidece ante la diferencialidad.
Las formaciones políticas se disputan la centralidad, no simplemente el centro, y el Gobierno propone políticas de sostenibilidad porque ya no valen las de 'sostenimiento'. Si antes la regla tenía su 'excepción', ahora tiene su excepcionalidad. Habrán de saber que la novela actual no cultiva el género de la 'ficción', sino el de la ficcionalidad y los mejores novelistas, perdida la 'sutileza', derrochan sutilidad. Hay muchos que se entregan a su afición con cierta habitualidad, cuando antes se dedicaban a ello con alguna 'frecuencia'. Bastantes lectores se atienen a la literalidad de lo escrito, en lugar de atenerse a la 'letra'. Y si ustedes leyeran despacio los prospectos técnicos, se enterarían de que sus aparatos cuentan con un dispositivo de conectividad, o sea, de 'conexión'; e incluyen mejoras de usabilidad, pero no de 'uso'...
Unos cuantos verbos (y sus derivados) han sufrido también estiramientos faciales que no siempre les favorecen. Para referirse a 'toma de conciencia', se ha pasado desde el feo concienciar de mis tiempos mozos a los aún más horrísonos concientizar y a su correspondiente concientización. Ya tiene también sus añitos el subjetivizar, que nada añade a 'subjetivar', salvo una sílaba; más recientes son el basamentar por 'basar' o el direccionar en lugar de 'dirigir' (y con ello el direccionamiento en el sentido de 'dirección' espacial). Si ya conocíamos el posicionar, ahora decimos reposicionar para 'resituar' o 'recolocar'; lo mismo que al 'dimensionar' han de seguirle el redimensionar y el redimensionamiento. 'Plasmar' se ha esfumado ante el materializar, que vale tanto para cumplir un proyecto como para meter un gol. Imaginen el brillante juego de participios que todo esto permite. Igual que el descenso de temperaturas será siempre generalizado y nunca 'general', lo jerarquizado ha desplazado a 'jerárquico', lo individualizado a 'individual' y lo globalizado a 'global'.
Junto a múltiples expresiones verbales ya apuntadas en anteriores entregas, se nos vienen encima neologismos temibles. De algunos con los que he topado no sabría dar su versión aproximada, como el confesionalizar o el sectorizar. De otros sólo sé lo que me cuentan: que en Lógica el precioso implicatar alude a 'implicar' o 'suponer' e implicatación a 'supuesto'; o que la jerga judicial y la bancaria han estampado el aperturar porque 'abrir' les sabía a poco.
Las variedades de archisílabos son inagotables para un oído al acecho. El mío ha captado este último año que el 'desplome' está dejando paso al desplomamiento, que al 'refuerzo' muchos prefieren un buen reforzamiento o que un conflicto entre amigos no produce su 'distancia', sino su distanciamiento. Conozco a quienes, lejos de haber recibido un buen 'trato' en aquel hotel, recibieron un buen tratamiento. El objetivo 'final' resulta más pomposo si se vuelve finalista, aun cuando el 'analista' se queda corto frente al analizador y el 'mediador' o 'intermediario' frente al intermediador. Eso sí, al 'colaborador' algunos le llaman colaborativo, y, por si les interesa, los faros de mi nuevo coche son adaptativos, no 'adaptables'. Se habrán fijado que nuestro ejército no cuenta con tantos soldados, sino con tantos efectivos.
Hoy tiende a convertirse todo 'aislamiento' en aislacionismo, lo mismo que cualquier 'reducción' es fruto de un premeditado reduccionismo o que la 'oposición' siempre hace un perverso oposicionismo. Algo tendrán que ver con el saber del 'empresario' -emprendedor, ya me entienden- los cursos de emprendurismo, así como el incrementalismo con el que acabo de tropezar seguro que alude a algún 'aumento'. Me barrunto que sumatorio es como un 'sumario' pero más largo, de igual modo que la 'recopilación' ha dado en recopilatorio. Y puedo asegurarles, en fin, que hay asignaturas universitarias cuyos temas no componen un programa 'disciplinar', sino un programa disciplinario.
Ya lo dejó escrito Chesterton: corren tiempos en que "no importa lo que digas mientras lo digas con palabras largas y cara larga". No les digo más.
Aurelio Arteta es catedrático de Filosofía Moral y Política de la UPV.
ATENCIÓN: Nuevos talleres
INSCRIPCIÓN A NUEVOS TALLERES EN:
http://elbardeltaller.blogspot.com.es/
HASTA EL 15 DE ABRIL
¡NO TE DEMORES!
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viernes, 12 de febrero de 2010
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9 comentarios:
Totalmente de acuerdo con Arteta.
Hay un libro titulado "La cocina de la escritura" (autor: Cassany), que es una delicia. No es un libro de taller literario (aunque también ayuda), sino para aprender a escribir en general, para no caer en toda esa verborrea pseudoculta que no hace más que enredar y confundir.
Os lo recomiendo.
PD: a ver esos compañeros invisibles si se manifiestan de unan vez, leñe.
Celsa, Javi, unamos las manos sobre la mesa. Ahora, a invocarlos.
:-)
Pero ¿se puede escribir los sábados? Yo ando silenciosa y contrariada porque siempre que vengo no es el día, o creo que no lo es. Bue, ya os dije que me costaría.
Digo unes cosines rápidín.
Una, que me gusta este blog, Gra. Es muy estimulante entrar y encontrar algo interesante, -inteligentemente seleccionado, como no podía ser de otro modo-.
Dos, que no sé hacer comentarios de texto. Los textos me sugieren, me hacen pensar, y hasta protestar, pero no se traduce en palabras, se queda ahí, en el lugar de los pensamientos perezosos -que cada vez me ocupa más espacio-. Así que bien por Textual que ¡vaya si sabe!
Tres, que Celsa está en todas partes, gracias por eso también, es la xana de todos los magüestos.
Que no tengo biografía que contar. Solo futuro, y sin planes. Lo juro por Arturo.
Cuatro, que me ando preguntando cosas tontas todo el día, como por ejemplo, por qué si somos un 80& agua, no lo parecemos, o por qué la virgen maría es virgen en tantos pueblos a la vez. Y me pregunto por qué porras no puedo preguntarme cosas normales. De responder nada, claro. Eso me hace preguntarme también si me vereis capacitada para realizar este taller... yo quiero, de verdad.
Quinta, que me gustan mucho los adverbios, sobre todo los de tiempo, ahora.
:)
¡Coño!, manifestóse una.
Hay que seguir invocando, pues.
Ya tengo la primera pregunta: ¿Quién será ese tal Arturo por el que jura Rosa?
Respuesta a su pregunta del agua corporal:
No se vé porque la tenemos embolsada en los ojos. Si no, ¿por qué crees que cuando lloramos sale agua, ein? Y sale salada porque semos mu salerosas. Y olé.
Y además Gra nos deja decir chorradas, porque dice que eso inspira. Así que desmelénate a toda tecla.
Me gusta verte por aquí
;)
¿Que si se puede escribir los sábados? Y hasta los domingos, jatetú, si no te cansa demasiado (que ya se sabe que cansarse en domingo es pecado).
Vamoavé, ña Rosa. Siempre se puede escribir. Lo único que pedí fue que publicasen las entradas con respuestas a los recorridos y textos propios un determinado día. Y eso, sólo por consejo de El Principito, que me dijo que si no sabía cuándo venía ¿el zorro? ¿el lobo? ¿un cordero que se había tragado un sombrero?, no sabría cuándo ponerse a esperarlo. O algo así.
Este blog, para sus autores, tiene algo parecido a los libros de verdad: uno los escribe cuando le apetece, lo deja en borrador... y lo publica cuando puede. :-)
Así que váyase buscando otro pretexto, vea. O un postexto. O un texto, que ya se ve por los comentarios con que nos regala a veces que tiene usté cabeza pa eso y mucho más.
Ah, buenísimo pero buenísimo buenísimo lo del agua corporal y los ojos, Celsa. Tas sembrá, neña.
A mí me ha encantado leer los pensamientos perezosos de Rosa, se ve que cuando les da por salir la montan de verdad. Sólo quería animarte a atreverte, Rosa. Si quieres es que puedes, y eso es evidente.
Ciao!
ah, qué guachi, Textualmente halagándome también. Esto mola.
Jeje...no era un halago, es que me pareció así. Al menos ha servidio para que te animes a escribir ;) Otras veces nos tocará hacer críticas, siempre constructivas, pero críticas. Al fin y al cabo estamos aquí para equivocarnos, si no metemos la pata no se aprende, ¿no creéis?
!Vaya si me ha servido para empezar a escribir por aquí...! Parezco el conejito de duracell.
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