Atardecía cuando por fin llegó, y allí arriba estaba ella, en la ventana, con medio cuerpo volcado a la calle y los pechos aplastados sobre el alfeizar. La tía Roberta giraba la cabeza a izquierda y derecha con el ceño fruncido, controlando su llegada como si aguardara a un marido calavera. Ismael contuvo la respiración, se pegó a la pared y, con la cara de perfil y los glúteos contraídos, avanzó bajo la ventana arrastrando manos y pies como una lagartija. Cuando alcanzó el portal respiró hondo y notó en la boca el sabor a polvo y cemento de la fachada. Dejó a su derecha el ascensor y subió a zancadas los tres pisos. Frente a la puerta, se descalzó, abrió sin hacer ruido y camino de puntillas. Los calcetines de lana sobre la tarima abrillantada convirtieron el pasillo en una pista de patinaje que le obligaron a deslizarse haciendo equilibrios. Antes de traspasar el umbral de su cuarto, se asomó con sigilo al salón. Su tía seguía allí, vigilando colgada de la ventana. Ismael sonrió al contemplar las generosas caderas al final de aquel tronco sin cabeza.
(Continuará...?
ATENCIÓN: Nuevos talleres
INSCRIPCIÓN A NUEVOS TALLERES EN:
http://elbardeltaller.blogspot.com.es/
HASTA EL 15 DE ABRIL
¡NO TE DEMORES!
-----------------------------------------------------------------
miércoles, 24 de febrero de 2010
Celsa, Consigna: Continuar una frase
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
9 comentarios:
Como por aquí todavía es miércoles, seré aplicada alumna, por una vez, y escribiré cuando me corresponde, ea.
¿Dónde está Textualmente?
¿Y Manu?
Y Obiguan?
Eh eh eh eh
Eso mismo me pregunto yo: ¿dónde estáis?
Por cierto, este comentario tuyo no me llegó al correo, y eso que la entrada es mía. Sin embargo me llegan los comentarios que se hacen a las entradas ajenas. A ver si encuentro el misterio.
;)
Este ejercicio de Celsa lo veo muy logrado. Se ha esmerado de verdad en dibujar muy bien todos esos malabarismos del sobrino que llega tarde. A veces, se te ve un poco demasiado preocupada por la milimétrica descripción de los movimientos y acciones, con lo que me parece que se difuminan algunos momentos importantes de la narración. Quizá queda poco marcado el detonante del relato, no tanto el llegar tarde como que hay una tia sargento vigilando cual marine desde la ventana. Dices que 'giraba la cabeza (...) controlando su llegada'. Vamos, que no parece tan temible la señora. Si además hubieras dicho lo que pasó la última vez que él llegó tarde, a lo mejor nos metes más miedo en el cuerpo. En el desenlace me gustó esa miradita que el sobrino le echa al culo, como si hubiera algo más entre ellos... Me parece que te lo has currado, Celsa.
Gracias, Javi, tu comentario me ayuda mucho, y te cuento por qué:
Verás, estoy releyeno el libro "La práctica del relato" de Luis Zafón. El día que escribí este ejercicio acababa de leer el capítulo de la "visibilidad", con lo cual, zas: a ser visible a tutiplén. Fue algo consciente hacerlo así, recargando las tintas. Cuando terminé las escenas me pareció que las descripciones necesitaban entremezclar algo de "pensamiento", es decir, lenguaje abstracto, no visible, vamos, subjetividad, ya me entiendes. Así que tu comentario reforzó mi idea de que no se puede "sólo" ser una simple cámara.
Creo que una mezcla de la forma de narrar de Rosa y mi "visibilidad" sería lo correcto.
De todos modos, como dice Gra, con sólo estos trocitos es arriesgado hacer comentarios más concienzudos.
Pero a mí, como digo, me ha servido de mucho el tuyo.
Y por supuesto, para nada me ha desmotivado, al contrario, porque ahora me queda más claro por dónde debo seguir.
Muchas gracias.
Un abrazo.
Me alegro de que este comentario te haya servido. Tampoco para que te lo tomes muy en serio (es algo minúsculo y dicho desde la más sincera inexperiencia), pero entiendo que a veces oír una voz externa ayuda mucho. A veces no necesitamos un lector muy formado, un gran crítico...sólo necesitamos que nos lean para convencernos de que lo escrito no nos pertenece, que no es sólo para nosotros. Eso es lo que intentamos, ¿no?
Pues eso, que es una satisfacción haberte podido ayudar, Celsa.
Es lunes, ya sé. Pero bueno, lo lees el jueves, cuando entres a leer.
Cuando lo leí me parecía estar viendo los fotogramas de una película, cada frase, una imagen, o así. Un ejercicio más que conseguido. Me encantaría que continuases, ¿lo harás?, ¿seguirá la visualización durante todo el relato, o cederá espacio a otros elementos?
Verás, no creo que pueda continuar porque cuando empecé no había nada, sólo una imagen de un chico que llegaba. Me quedé observandole y empezó a moverse, y yo a seguirle con mi cámara. Añadí a la tía por poner algo más.
Me ocurre muchas veces, esto de ver una imagen y seguirla un rato hasta que se para (o se me cierra el objetivo) y plaff: fin.
Mis "creaciones" (las que más me gustan y con las que más disfruto) se gestan así. Lo malo es que suelen finalizar en tablas.
¿Algunan idea de cómo ponerles de nuevo la pila?
Llevo años con este problema y no sé por que me ocurre este bloqueo.
Cuando tengo toda la historia en la cabeza me salen relatos encorsetado, que los termino por aburrimiento, pero que no me hacen disfrutar. Los percibo como un fraude (como si me hiciera trampa a mí misma), aunque haya gente a la que le gusten.
:(
Pues yo no sé qué decirte, Cel. También me pasa algo parecido. Tengo por ahí una carpeta, de la cual ya te hablé, que se llama Coses, donde voy acumulando esos impulsos que acaban en tablas. La mayoría quedan ahí, pero algunos cobran sentido en algún momento, y les pongo el cierre.
¿Será que lo escribiste como un ejercicio y la propia idea de 'ejercicio' es la que te bloquea? Yo, que lo he leído como historia, me pregunto qué tipo de relación tienen, por qué tiene que esconderse, cuantos años tiene el
sobrino, de dónde viene, qué va a pasar cuando descubra que ha llegado...
Pero bueno, entiendo el bloqueo: cuando se produce no hay pregunta que valga.
Y para terminar, decirte que aunque no sigas, el ejercicio, -éste y otros-, te están convirtiendo en la clase de escritora que eres, limpia, ordenada, resolutiva, clara, dominando la técnica, y las herramientas: una escritora de calidad, que escribe cuentos de calidad. Y lo digo con fundamento, que yo a tí te conocí cuando andábamos desatmosferizadas por aquellos cibermundos de dios. Así que sigas o no sigas la historia,pienso que ya ha cumplido su objetivo. Y además me has invitado a ejercitar la visualización, que es algo que no suelo hacer. (No he hecho ningún ejercicio, pero pienso en ello)
Así que déjalo en barbecho, igual en Abril ves la imagen de una chica vestida de negro bajo la ventana. Entra en el portal, deja algo en el buzón, la tía refunfuña y le grita, pero ella no mira, y se va, moviendo el culo más de la cuenta, a posta, y resulta que Ismael se levanta, encara a la tía, y véte tú a saber.
No sé ayudarte, niña.
Jolín, Rosa, ahora soy yo la interesada en que me sigas contando esa historia (que ya es tuya). Porque "veo" a la chica de negro moviéndo el culo toa rechula. Y sobre todo compruebo que, cuando miras hacia fuera, como ahora, manejas la visibilidad de maravilla.
Y gracias, fermosa. Me siento menos sola con los comentarios.
Besin.
Publicar un comentario