Atardecía cuando por fin llegó, y
descubrió que su mujer no estaba. Tal y como preveía, no dejó ninguna nota. Isabel podía ser muy terca si se lo proponía, y en los dos últimos meses se había propuesto ponérselo difícil. Más difícil.
(Resto del texto suprimido para la lectura pública para respetar derechos de autor)
miércoles, 24 de febrero de 2010
Consigna, Rosa
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5 comentarios:
Celsa dijo...
Sobre los deberes de Rosa, hago el comentario hoy jueves, como nos dijo Gra:
Lo que me gusta:
Te las ingenias para, en cuatro lineas, darnos mucha información:
que Isabel es su mujer,
que es terca
que le va a poner difícil "algo"
Y a un tiempo echas el lazo al lector: queremos saber que hay tras ese "algo" y lo que hará para ponérselo difícil. Y avanzamos un poco más y nos preguntamos: ¿y qué hará él sabiendo como ya sabe que se lo pondrá difícil?
Ahora los peros:
hecho en falta: la visibilidad. No hay imágenes, ni una sola palabra que me haga "ver" alguna escena con la que empezar a montar la película en mi cabeza.
En fin, ¿qué facil es ver la paja en el ojo ajeno y no el peñasco en el nuestro, eh?
;)
¿Ves?, me llegó tu entrada pero no el comentario que has puesto. Seguiré buscando el misterio. Los sábados por la mañana, como tú, jajajaj.
PD: Mi no saber que-es-que-sé "maestra ciruela".
Coincido con Celsa. Has creado interés, hay información, se despliega el amago de conflicto... Lo que echo de menos es eso de mostrar. Como nos decía la profe: 'decir lo justo y mostrar lo máximo posible'. Es un inicio sugerente. A lo mejor, si tiras del hilo te lleva a algún sitio, Rosa.
Copio y pego, de comentarios a la entrada 'Inicio de una historia para quién la quiera'
Rosa dijo...
¿Hoy es jueves en Asturias? Por aquí es miércoles.
Eres como la maestra ciruela, Celsa. Menos mal que controlas todo, jamía, que yo, además de no entender lo la entrada nueva, entendí también que éste sería un relato en el que participaríamos todos, es decir, que después de lo que yo escribí, alguno de vosotros continuaría mi historia.
Así que abro entrada, copio tu comentario, atinado, y prosigo, igo.
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Yo escribi lo anterior, y es ahí donde os contaba que me había equivocado en la intención. Supongo que a eso se refiere Gra.
No me molestan los comentarios, -y si me molestaran ajo y pan ¿no? y viceversa. Eso lo tenemos todos claro.
Me quedé pasmada, eso sí, con que mi textito os diera tanto de sí en el análisis. Gracias por ello, y espero que seáis igual de generosos cuando escriba el relato de veintitantas páginas que tengo pensado... (Esto es una coña)En serio, gracias por los comentarios, siempre. Estoy de acuerdo con lo que los dos aportais sobre la visibilidad, y es más, diría yo, añado, o quizá redundo: decir mostrando.
Por lo demás, creo que os voy a hacer caso y continuar. Tengo una historia en la cabeza, aunque he de cambiar la voz del narrador, y el punto de vista, eso por lo menos. Vamos, que igual no lo reconocéis. Igual ni lo escribo. Pero bueno, conste que la idea la tengo y proviene de aquí.
Pta: Celsa, me encanta que estés por ahí, cirueleando, porfa, no lo dejes: muéstrame la lupa o el sucedáneo.
Eh, Eh, Eh... que resulta que me ha caducado la invitación al blog. Quería abrir una entrada y no puedo.
Gra: ¿Me has castigao por escribir el martes?
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